miércoles, 31 de diciembre de 2008

La Historia de Balbo

1

Esta es la historia de un sábado de no importa que mes, en este lugar igual que otro cualquiera.
Esre es Balbo Espizalacarrieta tiene un mugriento tugurio nocturno desde hace dos años, donde los más trasnochadores pasan sus mas aguerridos e indómito tragos de ron, vodka y demás infectos líquidos del más alta de la gradación alcohólica.
Balbo rumia en silencio tras la barra del bar, más que secar los tubos los manosea y los llena de grasientas huellas y otras digitales porquerías).
Aquí la escoria más ruinosa de la gris ciudad va a gastarse los últimos duros que su apretado bolsillo aún se deja arrebatar.
Más tarde cuando las últimas parejas ya han dejado de sobarse y chuparse sus lenguas, Balbo humillado por el alcohol y derrengado por el amanecer baja la persiana y gruñe:
- ¡Jodida Mierda!

2

Espizalacarrieta sale del ¡Jodida Mierda!, vaga por las mojadas calles de la ciudad, de pronto recuerda que le dio un punto, y desde entonces murmura en soledad, palabras vacías, inocuas, sin sentido,
como un vikingo errante camina y camina por la noche.

Ya hace un tiempo que se le ve hurgando en las basuras,
Acechando en las esquinas,
Pelado al cero, berrea en la madrugada como un ente endemoniado,
Perdiendo las chola lenta pero inexorablemente,
Se va chalando.

Viste de negro, se aproxima los cruces y huele lentamente las esquinas.
Las olisquean a la altura en la que los canes derraman su orina,
ya saber reconocer a varios individuos que acostumbran regularmente a pasar por allí.
Luego pasa lentamente su peluda lengua, y se refiera con placer su inmensa joroba.
Más de una vez, lo he visto correrse de gusto.

3

Yo soy quien espía los juegos de los niños.
Por la mañana en la madrugá, al una y pico , acostumbraba asomarse por las tapias de los colegios, allí pone una cara angelical y la baba cae de entre sus fauces y hace brillar su barbilla lampiña, después observa a las madre, se relame y acecha sus movimientos, las repasa a todas de arriba abajo, imaginando truculentas manifestaciones amorosas con ellas.

Esta noche lo he visto salir furtivamente de su agujero, la tiene cómo una madriguera, el suelo tiene más que un palmo de barro, todas las esquinas repletas de matojos,
Luego imagino que es una integración entre su espiritual astral y el padre Roble y su madre la lechuza, algún día conseguir entrar y ver lo que hace allí.

La otra noche, lo vi con un megáfono en la boca, berreando como un condenado al que llevan al degüelle. Chillaba como una bestia, en medio de una plaza, con el megáfono en la boca lanzando todo tipo de barbaridades, cargando en todo lo cagable, en todos los dioses, en todos los santos del cielo, en todas las madres de todos los santos, qué barbaridad, qué atrocidad,

Semejante bestia bramando y chillando como un loco, recuerdo que algún vecino lo insultó, pero luego el, le soltó tal barbaridad de improperios que dejarían callado a cualquier hijo de madre.
Al poco llegó la policía, pero ya huía lejos calles abajo.

Esto tenía a costumbre hacerlo muchas noches, berreaba aparatosamente, aullando, bramando, revolcándose por las aceras, injuriando los vecinos, vociferando palabras soeces divirtiéndose con las hijas de algún que otro vecino, intentado amedrentar las paciencias ajenas, de calle en calle soltando atroces alaridos, gruñidos, graznidos, soltando gases sonoros de diferente calibre, muchas almas sonámbulas, por tan atroces barbaridades deseaban un pronto fin para esta mala bestia, este inmundo ser, vamos que los días que le quedaban por vivir a este animal fuesen escasos, por no decir que ésta fuese su última noche.
Balbo que lo sabía perfectamente berreaba y aullaba más si aún esto era posible pegándose aún más el megáfono dentro de sus fauces.

Esta noche lo he visto salir como siempre de riguroso negro con su joroba, ha dado meticulosamente sus cuatro vueltas a la cerradura con la oreja pegada a la puerta para oír como se cierra el cerrojo, ha girado en varias direcciones su cara, con su mirada furtiva, mientras lo hacía en podido observar su calva rapada lisa y brillante, después agarrándose el alda ha salido y a traspuesto por el pasillo pegando tumbos hacia la oscuridad de la escalera.

Después ya en la calle se ha acercado sigilosamente a las esquinas, primero una y después otra, olisquea, acecha y observa a sus posibles presas, sin prisa elige una detrás de otra, tambalea su enorme joroba por los portales, aquí vuelve olisquear, allí mirando de reojo.

Más tarde ha seguido a una pareja de viejos durante más de tres manzanas, los ha acechado, los ha seguido, los ha perseguido, ha visto como la vieja asomaba su nariz tras la oreja repetidas veces y como ambos semicorrían por las aceras, agobiados, con un estúpido miedo, imposible de definir, lo que ha hecho que a ambos se les escaparan los peos del miedo, y Balbo ha olido la peste a mierda que echaban.
Los ha pillado cerca de un portón, y allí les ha enseñado una inmensa faca reluciente en su mano, entonces al viejo le ha dado un pelele y a la vieja un vahio, y ambos han abandonado este mundo víctimas del terror, colesterol, la tensión, y los muchos años acarreando sus decrépitos cuerpos,
Hace semanas que Balbo los observaba dar sus paseos nocturnos, al final el acojone flatulento primero y la navaja después ha hecho resto.

3

Tras largarse de su casa y jugándome el tipo, aquella noche de miércoles, me colé por la ventana del aseo, entré en su guarida.
En aquel inmundo y mohoso lugar, de su aseo encontré el fruto de 1000 diarreas y cólicos, era el olor del inframundo. Después observé que en la cocina existía una colección de tarros de mayonesa donde perfectamente etiquetados y fechados, donde se marcaba el peso, la textura y el sabor de las perrunas se había ido recogiendo a lo largo de las largas noches de correrías.

(Recuerdo el abuelo de mi amigo Ginés me explico en qué consistía el oficio de perrunero, el pobre viejo murió y Dios lo guarde en su gloria, murió después de más de 20 infartos hace ya muchos años. Pues bien, este oficio consistía en recoger las deposiciones de estos animales domésticos de compañía por las calles y los campos, para venderlos como carburante o como mecha, para no sé qué)
El pasillo y habitación del final, con un palmo de barro había semienterrados una gran cantidad de zapatos extraviados, zapatillas sustraídas, sandalias encontradas, apargates quitados a las viejas, babuchas robadas a los moros, era imposible pasar por él, y en las paredes manchadas huellas, leyendas infames, frases de todo tipo:
Jilipllato Cuproso
Tontorculo Piji
Tontolano Caca
Mierdapollo
Mierdapeo
Carazurullo
Puta Albondiguera
Capullorizante
Chichiputo
Mierdajodo
Babapicha
Cuca
Pilila
Capullo
Teta
Pezón
Puta
Polla
Joroba
Mierda
Hostias
Guebos
Picha
Chichi
Coño
Chucho
Y luego las frases ya mas largas:
Hijo de la gran puta
Pero maldito
Tu madre es la más grande que las putÍsimas
Cabrón de mierda
Me cargo en tus muertos
Maldito hijo de perra
Así te mueras
Mal dolor te de en la sangre
Así expires
Me cago en el maldito conejo que te hecho al mundo
Así te pudras en el infierno

Listados enormes llenos de insultos y oprobio asquerosos cuando llegue a la cocina no pude entrar del hedor a muerte que se respiraba aquí.
En su cama no había entrado nadie desde hace años, el único sitio donde podía dormir era un rincón detrás del armario allí sobre ese montón de panizo grillado Balbo debía dormir.

La casa de Balbo espió mis sueños, más bien mis pesadillas durante largos meses.

Una noche espiando por las esquinas como el acostumbraba, en el instante en que asomó la cabeza, alguien hizo exactamente lo mismo, de la misma forma ambas caras se encontraron una frente a la otra, Balbo y Emile se encontraron por sorpresa, y allí se quedaron pasmados durante un buen rato, ninguno de los dos se atrevía apartar la mirada del otro,
¿Que pasó por sus cerebros durante ese tiempo?, es fuerte. A medida que fue pasando el tiempo se fue dibujando una inmensa sonrisa de oreja a oreja en cada una de las caras encontrar otro ser, similar aquí, que hace lo mismo, es bastante sorprendente. Dos bestias frente a frente, dos mentes bastante trastornadas, el flechazo fui inmediato.

A partir de esa noche los dos salían juntos, bramaban juntos, soltaban coces juntos.
A las tantas de la madrugada cantaban canciones fascistas, vociferando en alemán, y elogiando los discursos del Futher.

Qué tiempos aquellos

Un juramento entre tú y yo.
Mañana seguiré en 24 y 25 de octubre de 1991

4

En caras de felicidad como los dos abrazados sobre el montón de panizo grillado.
Y luego relinchando como zapos en él estanque.

Tico Tico
Desodorante para el chicha
Sobaquera
Entrecot que hay aquí
Prolongación del costado




APOSTILLAS A BALBO

I

Hace mucho tiempo que no encuentro previo de Balbo Espizalacarrieta, aquel individuo que tras cerrar aquel tugurio de la calle padre Simón. Salía a cualquier hora, iba a su casa berreando como un cochinillo, aquel que gusta del calcear (echar calzos) a las monjas, y a las viejas como si horrorizadas en el golpeaban con sus paraguas o bastones la jodida y befa joroba de Balbo.

Entrar en su bar es una horrenda experiencia, esa mugre en las paredes y los suelos, los vasos resudados, y mil veces mal lavados con roñete, con rosinera de siglos, y porquería no adherida si no incrustada, esa que va creciendo en el interior de los tubos, esa que deja cada vez menos espacio en el interior.

(Como el pecho de una madre de la que cuelga un holgazán de 47 años, hinchado de chupar, como las avispas al sol en una mata de hinojo en el verano.
Si caen al suelo no sé cascan)

El sitio más cutre de toda la ciudad, el más oscurecido y apestoso donde todo resuda pringue y malestar, donde la barra del bar mil veces quemada, mil veces oscurecida por los humos de los habanos, que se ventila el “mu Jodío” del dueño
Donde sanidad jamás entrara.
La costra del suelo es un profundo termitero repleto de galerías, las carcomas de las sillas son nietas de las que comieron la madera del arca de Noé.
Que sobrinas, y que leches, son las mismas jodías y putas.

Pero todo eso no es nada, hay que entrar en los aseos, perdón, mejor no entrar si lo haces, ponte en las botas Katiuskas, si de esas verdes, se hundirán más de un palmo en el lodo, un pantano de colillas y condones, todo lleno de pelos, si, pelos de cojones resudados, podridos en la caspa del cieno, los manises pintados con la antigua técnica de el dedo (dedo + mierda) apenas dejan ver su dibujo anterior, en la cara interior de la puerta del aseo los dibujos más obscenos y groseros y las frases más soeces no dejan el más mínimo resquicio para apreciar el antiguo color de la misma, y por supuesto tampoco ningún lugar donde limpiarse uno también.
Si el hedor no te mata, te dejará malherido y marcado para los restos.

A pesar de todo esto, este cutre sitio tiene su cutre gente, no sólo putas y maricas, sino una clientela auténtica y guapante, que gusta de la cerveza y de los pelotazos bien indirgados que también sabe poner Balbo.
Como decíamos cierra el último, mete unas cajas de birra en las cámaras frigoríficas y espera leyendo el Marcoki a que la última pareja salga del lavabo, después de echar el último polvo, hecha la persiana de un zarpazo que atruena en la calle y le pone un alambre al que da tres vueltas con los dedos, después se sube el cuello del gabán y se enciende otro habano maloliente, la lengua gorda en la boca le obliga a escupir tras toser, y balbucea: ¡ Jodida Mierda!

A veces toma algo en el bar pero últimamente se encuentra con Emile, con el que se va a berrear un buen rato por las calles desiertas en la madrugada de la ciudad.

No pocas veces han corrido delante de un coche zeta de la bofia, tras armar un buen jaleo en un portón asustando a una pareja que en la oscuridad se sobaban o estaban echando un kiki,
Les gusta bramar en los huecos de las escaleras de vecinos incautos que se les ha ocurrido no cerrar la puerta de la calle, como resuenan sus alaridos entre los escalones de las escaleras a altas horas, sin ningún reparo de los que allí duermen.

Como ingeniárselas para ser cada día más hijo de puta y joder lo más posible al prójimo.
Un día van a coger a ese prójimo ese y lo van a hinchar a hostias y le van a dar mil patadas en las pelotas cuando éste se asome a su puerta.
Emile ya no es el que era, lleva el pelo sucio y bastante rapado y lleno de trasquilones, una gorra de drácula y barba de una semana, los ojos vidriosos e inyectados en hemoglobina, de esos que pone Balbo cuando entran chavalas en su local, y le piden una coca cola lai de esas, no le falta más que saltar el mostrador y cocérselas de golpe a todas.

¡Aaaaaaaaaaaahhhhh! - se escucha en el portero automático cuando algún incauto osa levantar en teléfono, es desgarrador, es brutal, aprieta todos los botones del portero del edificio a las tantas de la mañana, y cuando descuelgan, ya es tarde, me cago en ... Hijo de….los tuyos … la madre …

El placer más maravilloso es sacarse la pirula y mearse en un par de cascos de moto olvidados, dejando un charquito en cada uno de ellos.

Luego sueña con bichitos amaestrados como grenlis con muy mala leche, que tutean a la vasca en su tugurio.
O en una nueva enfermedad de los parkins que se alimentan de las chapas de los coches y en una sola noche son capaces de reducir un bonito multiválvulas rojo en un puto montón de mierda.

II

Y el cabrito vuelve a chillar en las oscuras calles rebuscando entre latas y botes chapados, después en uno de ellos mea levantando la pata cual cánido rastrero.

También pasa la joroba por las esquinas y las columnas de las plazas. La gente protesta y con razón arrojándole cosas. El recoge cubos de desechos e incluso llena contenedores a los que empuja como un bruto hasta llegar a su madriguera donde aboca la porquería que exquisitamente amontona en un rincón, cientos de zapatos, cajas llenas de compresas, ropajes, maderas, juguetes, muñecas


3 de octubre de 1993


OTRAS APOSTILLAS DE BALBO

29 de noviembre de 1993

I

Uno enternecedora relación amorosa se estableció entre Balbo Espizalacarrieta y Emile Cristian desde el primer momento en que sus destinos se cruzaron, eran dos oscuros seres increíblemente absurdos, Balbo un camarero trasnochador y Emile un técnico sanitario borrachuelo venido a menos, su vida se había hundido hace ya unos años, cuando ocupó la plaza de ayudante de forense, lo suyo era un trabajo sucio, su aspecto había desmejorado mucho, demacrado, había perdido varios kilos, apenas comía todo le parecía asqueroso, miraba las cosas con repugnancia incluso odiaba su botella, siempre decía un día de estos lo dejaré todo, los cadáveres y la cazalla, todo volverá a ser como antes, ¿pero quien se arriesga a perder el currelo como están las cosas?

A Emile le gustaban las tías metidas en carnes, rollizas, pero últimamente le daban un poco de asco y no se tiraba a ninguna en muchos meses, pero que mas da, se decía.
Están buenas todas, pero me dan asco, si entraba en algún antro a tomar algo alcohol, primero pedía, y después se acaba de su bolsillo izquierdo, aquel donde no entran los cuartos, un pañuelo blanco sin usar, que envolvía una inmensa lupa que utilizaba para inspeccionar el tubo que le habían puesto, limpiando con esmero y minuciosidad el interior y exterior del mismo, antes de beber cerraba los ojos y decía: “ ojos que no ven”.

Aún que últimamente solía llevar vasos estériles sustraídos del laboratorio, de esos desechables donde vertía el contenido del tubo.

Emile entró en el antro de Balbo parecía sacado de un cuento de Víctor Hugo, oscuro, ruin
“el antro”, con montañas de barro y porquerías(servilletas, pañuelos, colillas, botellas, vasos, compresas) en el fin un primor.
Casi se cae de culo del estupor asqueroso que le subía por las rodillas, ya le picaban los brazos, se sonaba la nariz, se rascaba la cabeza, le lloraban los ojos. Entonces cuando ya andaba hacia atrás, alguien lo empujó hacia delante, el dueño del local, Balbo cargando con un inmenso bidón que regresaba de verterlo en el contenedor de basuras, los chorretes de pringue resbalaban por sus brazos y goteaban de sus codos.
El delantal más guarro que jamás hubiera visto le hizo retroceder, apenas se discernía la calavera blanca que se dibujaba en su oscura superficie,
ni siquiera dijo perdón paso para dentro y a lo suyo, Emile no pudo moverse y con una bocanada salvaje arrojo al suelo una pota bastante líquida.

Pues bien, como luego dicen los polos opuestos se atraen, y la repugnancia se encontró con la inmundicia, el cubo se encontró con la basura, y la cañería con las heces.
Emile un hombre alto y delgado y de tez selénica, fue a parar al más infecto antro de mala muerte de los bajos fondos de la urbe, Emile encontró Balbo, la desidia, y si os cubo morador de las cloacas y hacedor de acciones inenarrables conoció la poesía, un cóctel explosivo.
Emile que tenía varias cintas de vídeo grabadas de anuncios de detergentes, lejías y demás limpiadores junto a la sepsia, la infección plena y la podredumbre.
Oooooooooooooooooooooohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

A Balbo casi le da patatús cuando se enteró que Emile trabajaba de forense, desde ese instante quedó prendado de este, que no llegaba a comprender la realidad de Balbo, a las tantas como iban de puestos, el colchón le pareció un lecho de rosas, después de echar un polvo durmieron juntos su respectiva jumera hasta las tres de la tarde.
Balbo soñó con descuartizamientos y trepanaciones, y una sonrisa endulzó su faz durante horas.
Ya oscurecía cuando Balbo enseño a Emile, este palito de terror las dependencias de la casa este.
La colección de bragas usadas, sustraídas una a una de sus añosas dueñas, una caja de zapatos con 177 rabos de rata, medio cubo de preservativos usados, una bolsa de pelos de lavabos y urinarios.
El lodazal insalubre de los suelos, las rinconeras abarrotadas de objetos.
Una risotada del vasco sonó tras en la barra y salió sujetándolo del brazo, le dijo, anda tú pasa adentro y termina en el water.
En 1000 con los ojos revueltos y babeando a hilillos pasó, el grito no pudo salir de su garganta porque todavía le quedaba pota, el barro amontonaba el water casi lo enterraba y lo de menos eran las cucarachas.

II

Apoyado en la barra Balbo le puso un copazo de Ginebra con limón, que dicen que es bueno después de un buen trago la tez y Emile mejoro,
esa noche Balbo se colgó de la persiana a las seis, cerrando la de un gran golpe que hizo temblar las baldosas, ambos cantaron Asturias patria querida cogidos del hombro.

Emile sentía increíblemente fascinado por lo que veía, increíble pero cierto, un amor profundo inundó sus corazones, Emile comió ceno aquella tarde con los dedos, una cosa pastosa y oscura que Balbo saco de la nevera, dijo, la tenía guardada para algo muy especial, al final del plato hasta se chupo los dedos

III

Balbo se interesó inmediatamente por el trabajo de Emile, al grano, pidió que le explicara paso a paso el trabajo que un forense, la autopsia coger a un tipo y abrirle el pecho y el estómago de una tajada sentir en la mano las resbalosas tripas, la saúra, y los cráneos.
La palabra mágica era: trepanación, el mejor verbo inventado por las personas humanas, coger una sierra y separar la tapadera del cráneo.
Balbo colocó en su habitación la bata se utilizó en la disección, empapada de sangre y de otros humores de la puso encima de su cabecera como trofeo de guerra desplazando una vieja bandera de la unión a un segundo plano.
Hasta que Balbo habrías su avinagrado tugurio a las siete de la tarde, tenía tiempo de escuchar a siniestro total en la radio, las necrológicas, entraba en los entierros, y así daba el pésame a los allí congregados con los oficios y demás yerbas.
Ósea que Balbo era un encanto para Emile.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Yyyyyyi (1993)

SECUENCIA 1

1 PG
La imagen en pantalla es totalmente oscura, al principio lentamente y después más rápida y
abundantemente van apareciendo puntos como estrellas difusas,
hasta convertiste en un campo estelar similar a 47 Tuc. El cual atravesamos en una nave.
La imagen vuelve a su estado inicial, disolviéndose al atravesarlo.

NARRADOR

Esta historia, es una historia de soledad y tristeza, nadie puede imaginar una soledad tan eterna.
Es la historia de un naufrago cósmico, no humano, sí artificial, dotado de inteligencia pero no de alma.
Por designios, esta, nacida espontáneamente a partir de la nada.

SONIDOS DEL COSMOS
Su ser es bamboleado sin que pueda escapar a su destino programado.
Que el no ha elegido.

SECUENCIA 2

2 PG
Nieve de golpe en la imagen, tras unas interferencias aparece una imagen parpadeando lentamente.

OFF Ona.-
"¡¡Yyyyyyi!!"
(Con voz dulce pronuncia el nombre en forma de llamada).

Ona.- "¡¡Yyyyyyi!!" ...
"¡¡Yyyyyyi!!" ...
"¡¡Yyyyyyi!!" ...
"¡¡Yyyyyyi!!" ...

3 Yyyyyyi es una cara sin sexo ambigua y con hada, con los ojos cerrados,
una extraña criatura formada por burbujas azuladas en continuo movimiento.
El movimiento forma su faz.
Esa dulce niña que me llama.

OFF Yi.-
Sí... estoy despierto.
¿Quién sabe desde cuando lo estoy?

SONIDO DE APERTURA DE OJOS

4 PP
"¡¡Yyyyyyi!!". Termina abriendo los ojos ante la insistencia.

Yi.-
¡Ona!

5 P Detalle de la boca de Ona.
(ONA6434K: sistema cibernético que gobierna la nave).

Ona.-
El viaje esta concluyendo, su termino en T O27373.
Ona.-
Vamos ¡¡Yyyyyyi!!", despierta.

6 P Detalle donde se muestra la fisonomía de Yy.
Yi.-
No sé si quiero llegar.
Siempre he estado aquí.
Me gusta estar aquí.
Tengo buenos recuerdos.
¿Recuerdas Ona?

7 P Detalle de la boca de Ona
Ona.-
Yyyyyyi no te esta permitido mostrar ningún tipo de sentimiento.

8 P Corto
de cara de Yi.
Yi.-
¡Ona¡
Un rotulo "ALERTA" aparece en una pantalla. ! se refleja varias veces sobre
su cara parpadeando.
SONIDO PARPADEANTE
La discusión para de golpe.

9 P C
Yi cierra los ojos y comienza a girar (180º).
A continuación desciende desapareciendo de imagen.
SONIDO DE GIRO.

SECUENCIA 3

1O PM
Una puerta se abre delante de Yi (simulación de una sombra que se desplaza hacia arriba).
NOTA.-
Sea cual sea el fin de la misión, Yi debe acatar las ordenes de CP.
SONIDOS

11 PP
Cara de Yi agobiado ante
su inminente destino, paralizado
por el horror, su mente recuerda
y habla.
Yi.-
Ona, por favor recuérdame aquella señal.
Ona.-
Si Yi, contesta cariñosamente.
MÚSICA Un instrumental de REM.

12
Imagen en cámara lenta de niños desnutridos en Etiopía.
Llenas de interferencias.
La imagen se corta como se inicio con interferencias.

SECUENCIA 4

13 PG
Ante sus ojos se muestra
una imagen insólita, un mundo
extraño, casi de pesadilla.

CP.-
Soy la unidad CP2361G.
Preste atención o se estrellara.

14 PP
Los ojos de Yi, contienen las lagrimas, este se agobia y llama a Ona desesperadamente.
Pero nadie le contesta.

Yi.-
¡Que pasa! ¡¡¡OOOOnnaaa!!!.

CP.-
No le esta permitido manifestar
Sentimientos.

Yi.-
¡Ona!. ¿Ona donde estas?


SECUENCIA 5

15 PG Subjetivo de Yi Se precipita vertiginosamente
hacia la superficie de un planeta.
SONIDO DE LA CAÍDA

16 PC de Yi, este aprieta los dientes.
SONIDO DE IMPACTO CON LA ATMÓSFERA

17 P Subjetivo de Yi Atravesando las nubes, en un picado tremendo hasta un palmo de la superficie y giro de 90º.
SONIDO DE LA CAÍDA
SONIDO DEL GIRO

18 PPP
Yi aparta la cara con los ojos desorbitados ante él golpe.
A toda velocidad, atraviesa un
desierto de dunas, una estepa
arbustica, un río de aguas
bravas, que desemboca en un pantano, y este es barrido de un
extremo a otro, llegando a la presa, la cual salta (Ahora la altura es de unos 2OO metros.)

Yi.-
¡¡¡Aaaaaahhhhhhh!!!!!

NOTA Imagino que a ms de la superficie y a tremenda 3OO Kms./h.
SONIDO Y MUSICA
NOTA He estimado la duración de
SONIDO Y MUSICA

2O PC de Yi que ahora esta contento pasando bajo los coches de una avenida,
entre ruedas y peatones, esquivando contenedores y perros.

Los Planos 15,16, 17, 18 y 19 en 12 segundos.

SONIDO Y MUSICA
NOTA Similar a TROM
CP.-
Yi debe moderar su conducta alocada y sin sentido.

22 Los hechos se suceden uno tras otro cada vez m s vertiginosamente.

CP.-
Le recuerdo que debe moderar su conducta, esta poniendo en peligro el buen fin de la misión.

23 PC de Yi totalmente ilusionado y riendo.

MÚSICA

24 PG Subjetivo de Yi volando
libremente en la gran ciudad.
Inician las interferencias.

25 Travelling zenital de la urbe, siguiendo los movimientos de Yi por las calles. Aparecen Interferencias.

NOTA
Movimientos rectos y similares a los de Yi.

CP.-
La visita ha concluido, es tiempo de volver.

26 PC de Yi

Yi.-
No tengo ninguna gana de volver, por favor un poco más.

27 Sigue la loca carrera de Yi

CP.-
Vuelve inmediatamente, no estas diseñado para vivir en este mundo sin atenerte a las normas.

28 Imagen en un monitor de los
movimientos de Yi, la señal es cada vez mas débil. Hasta que la imagen se corta.

29 Sigue la loca carrera de Yi. Comienza una rápida deceleración.

OFF Ona.-
Yi vuelve, suplica Ona.

3O Yi se estrella contra él
suelo y se incrusta entre la acera y un neumático de un
vehículo aparcado junto a la
acera, al lado de una boca de
alcantarilla, por la que pasa
un chorro de agua.
LA IMAGEN QUEDA CONGELADA
Yi comprende el error cometido.

Yi vuelve. La señal es cada vez más débil. Interferencias.

Comienza un tema de Pink Floyd

OFF Yi.-
¡CP! ¨ ¿Estas ahí?
¿CP?
¿Ona?
¿Ona?
¿Ona?
¿O a? ¿O a?
a?.

31 Sobre negro y parpadeando

i BATERY EMPTY ! BATERY EMPTY

SONIDO La señal luminosa va
i! acompañada de una sonora que se
dilata y agrava.

CREDITOS

END

dEFINICION DE Ona.-
Ona en todo momento es una boca maravillosa, con unos labios sensuales color rojo intenso y
de cristal transparente que se mueven al hablar. Vocalizando perfectamente.
La voz de Ona es perfecta, sugerente y aterciopelada, joven y de unos 2O años.
Es el toque sexi de la historia.

dEFINICION DE Yi.-
a cara de Yi (Diminutivo de Yyyyyyi). Es la de un estudiante de Derecho, hace mucho elegido para este papel.
En todo momento solo sé mostrar en imagen los planos: PM, PC, PP, PPP y P Detalle de Yi y nunca el resto del cuerpo.
Esta imagen será tratada frame a frame imponiéndole los atributos que se diseñen para tal fin.
El aspecto ser similar a una imagen formada por burbujas, algunas explotar
El color en un principio se ha pensado en un azul-grisaceo aunque no se descarta la posibilidad de que cambie.
En cuanto a la voz podría ser un tanto infantil.

dEFINICION DE 47 Tuc.-
Es un cumulo estelar de aspecto globular, en realidad es una galaxia satélite de la nuestra formada por miles de estrellas,
la concentración de estas aumenta hasta niveles increíbles en su interior,
los campos electromagnéticos y la interacción gravitacional es inimaginable, nosotros la vamos a imagina.
El vuelo será muy rápido: ACERCAMIENTO, ENTRADA, RAYOS Y TRUENOS y SALIDA.

dEFINICION DE LA NAVE INTERESTELAR.-
No existe. No creo que los infográficos me convenzan.

dEFINICION DE SONIDOS DEL COSMOS.-
Que me convenza el músico.

dURACION APROXIMADA.-
Entre 6 y 8 Minutos.

c] " Yyyyyyi [c] Oct. 1993

Las Mil Torres (2005)


PRÓLOGO


En Lutheah, corazón del Imperio Illion, reinaron durante mil cuatrocientas dinastías los reyes de un basto imperio que cubrió con su influencia muchos cientos de miles de millas a su alrededor.

La capital creció hasta convertirse en un monstruo de cientos de leguas donde convivían más de cuarenta millones de almas, decenas y decenas de seres diferentes especies, que profesaron cientos de lenguas y dialectos. Lutheah creció y creció sin límites, mientras las dinastías se sucedían, sus gobernantes construyeron cientos de palacios, de templos, arcos, acueductos, termas, pirámides, obeliscos, inmensas plazas, … y sobre todo Torres.

Esa gran urbe repleta de seres anhelantes de un estatus superior al que les había visto nacer compitieron primero por la vida y después por el poder para conseguir gobernar los destinos de ese inmenso gigante.

Una maldición persiguió a la inmensa urbe desde casi su fundación, jamás vería las mil Torres. Esta profecía vagó por sus calles, por sus mercados, por sus barrios, y tambien por sus subterráneos.

Esta es la epopeya de la mayor historia jamás imaginada y vertida en estas paginas tal y como la vivieron muchos seres que poblaron, convivieron, pelearon y murieron en Lutheah a lo largo de la su historia.

Una historia que como todas empieza humildemente a la orilla de un lago, el lago Nablim, un pequeño lago de apenas unas millas de diámetro que cobijo en su orilla naciente la aldea de los Lacinos y en su orilla opuesta la espectacular Ónedam, la ciudad de los sacerdotes negros de Ónedam.


CAPITULO UNO

Ayer encontré en un estante una imagen en la que se veía a mi abuela y la madre de mi abuelo, “la mañe Pepa”. A la que apenas recuerdo de mí infancia, Pensé.
¿Quien se acordara de mi abuelo cuando yo muera?,
¿Quién se acordara de mi abuela?,
¿Quién lo hará de mi padre que también murió hace ya tanto tiempo?

El mundo recuerda a los hombres ilustres por la causa que sea, pero sobre todo por que su nombre esta escrjto en las epicas y en las columnas.
¿Pero quien se acuerda de las mujeres y de los hombres que
desde siempre han pasado por este mundo?.
¿Que será de la memoria de mi abuelo, que desapareció
en el momento en que su corazón dejo de latir?,
¿Dónde van los recuerdos de esa vida que se extinguió?

¿Donde van los recuerdos de toda una vida de todas las vidas que
han existido en este mundo?.
¿Donde esta el amor cuando la persona que ama desaparece para siempre, para no volver jamás?

Ya no se darán más besos, ni más caricias, ni más “té quieros”,
ni “hasta luego esposo mío”. Ni tampoco “te querré siempre”.

Por que la vida tan hermosa a veces y tan terrible otras se encarga
de hacer que esas palabras se pierdan para siempre, perdiéndose
en la eternidad del tiempo y aunque algunos se afanen en escribir
biografías estas, tambiénse pierden en meros esperpentos de la realidad.

Que inútil me siento.

Con esta idea inicio un relato de un mundo olvidado hace tantísimos años, un mundo ajeno al nuestro, mucho mayor, nuestra tierra cabría varias veces, y sobre todo mas allá de Orión, al otro lado, casi nuestro mundo seria un espejo simétrico, aunque menor, pero también azul, muy azul y muy basto, yo soy descendiente de ese mundo llamado por nosotros Lahoria, el sexto planeta del sistema doble Zahrín, una estrella grande y amarilla como vuestro sol y otra rojiza y pequeña Reulus, y una treintena de planetas de muy diversa índole cuatro de ellos habitables y muy viejos en historia.

La historia empieza cuando La Gran Madre, (La civilización Primaria o Kasnamar de la que hablan las leyendas) abandonó en una colonia a los primeros humanos en el planeta Crídences tras una colonización de mas de un siglo.

La colonia abandonada migró durante lustros de un lugar a otro, pasando por inmensos territorio y asentándose por fin en el año cero de nuestra era, tras según ellos muchas generaciones, quizás unos doscientos años, junto a la orilla de un pequeño lago de pocas millas de longitud, el lago Nablim, y fundando la pequeña aldea de Lacinos, Nuestro primer gobernante se autonombró a si mismo como el Rey Baikon jefe de la antigua casta dirigente de los Baikonitas o Baokinides procedente de La Gran Madre y venida a menos tras perder derechos de poder en una disputa regia.

Abandonados en un mundo gigante, hostil y aislado de todo contacto con el espacio exterior tras mil años de descendientes los humanos mezclaron su existencia con los aborígenes del planeta Crídences. Años mas tarde la clase sacerdotal funda la ciudad de Ónedam al otro lago del lago Nablim, y en las colinas cercanas comienza a excavar creando con los siglos una inmensa ciudad de túneles y palacios subterráneos Los Oscuros de Karalt, allí encontraron a los Cárizt y a los Husmeadores Kronm procedentes del subsuelo, de las Grutas Negras y los Bosques Hundidos de Tclan. Localizados a mas de treinta millas de profundidad.



CAPITULO DOS

¿Porque negarse a las religiones sabiendo que los besos nunca volverán?.

Si algo queda de mi abuelo, son sus genes “viviendo” en mi, pero y su memoria, sus vivencias, sus lloros, sus risas, su sabiduría, sus ganas de vivir,...

Ahora solo el lento olvido de sus amigos, de sus familiares,
hasta que un día nadie se acuerde, porque nadie lo halla sentido,
nadie halla convivido y por que ese nadie tampoco exista ya.

Solo la lenta absorción de la naturaleza, a la que por inútil costumbre, nos empeñamos en ponerle barreras, evitando así
que cumpla su ciclo de vida y de muerte.

Por mucho que nos empeñemos, somos como la hierva, que se seca en verano, o como el ratoncillo que generación tras generación convive con nosotros a nuestro, lado sin que sepamos nada de el
algunas veces y otras nos empeñemos en eliminarlo. Al final nos podrimos de la misma manera, y acabamos nuestra existencia
convertidos en el sustrato del cual salimos al nacer.


En Lutheah, corazón del Imperio Illion, miles de seres nacieron, vivieron y murieron millones y millones de seres, tuvieron vida, amaron, pelearon, odiaron …
Fue el odio y no el amor el que hizo que este mundo pereciera, que se desintegrara en le polvo de los siglos


Elton Kaidos nació en la aldea de Ghanún durante el reinado de Kaidos Holín, su padre, el famoso pirata Eltidor, siempre estaba en colixión con los intreses de Lutheah y luchaba en pos de su estirpe Ledinia. Siempre hullendo y siempre volviendo a robar y saquear la frontera este del imperio, numerosas fueron las veces que Eltidor planto cara y luchó, muchas veces hullo a las montañas Ozhiras, las grandes montañas del este, pero el dia de las calendras del quinto mes, perecio en una lucha contra la tribu de lod holas.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Las Torres del Mar 1ª (1990)


1

2

Orné radiaba de emoción al contemplar esa superficie de limites invisibles, ambos siguieron andando, abandonando la gran abertura ojival que señalaba el final del largo pasillo y adentrándose unos metros en la nada. Los demás permanecieron junto al umbral observando con estupor a sus guías, murmurando a espaldas de los dos dirigentes y con rostros de angustia ante la desolación de aquel lugar. Orné ordenó seguir adelante con un enérgico gesto y todos le siguieron servilmente, se santiguaron y comenzaron a andar adentrándose en la nada. Los más rezagados volvieron la mirada atrás como despidiéndose de la seguridad de aquella cada vez más pequeña referencia.
Orné miraba al frente sin importarle para nada aquella tremenda locura que para todos estaba cometiendo. Con la distancia aquel punto se perdió, Caminaron a buen ritmo durante mucho tiempo, sin oscuridad sin sol sin luna sin estrellas, solo una claridad fantasmal que apenas produce sombras, que viene de todos lados.
Tras varias jornadas de marcha el miedo de unos pocos al principio se convirtió en pánico generalizado de todos, incluido Sare. Solo la locura de Orné impedía que este se diese cuenta de lo que realmente estaba sucediendo. Pero nadie osaba ante este.


3


La primera jornada duró sesenta horas, y la segunda otras tantas,
Orné dejaba dormir a su gente claramente en contra de su voluntad, él no dormía se quedaba mirando fijamente el suelo y así permanencia durante las horas de sueño del resto, Un máximo de cinco era lo que permitía a los demás. Impaciente despertaba bruscamente a Sare y este se encargaba de levantarlos y meterles prisa para poder seguir adelante sin tardanza en su viaje sin sentido.
Nadie murmuraba ya a sus espaldas, todos pensaban que estaba loco pero ninguno osaba levantar su cabeza.


4


Tras cinco jornadas andando llegamos a una pared, ante nosotros y en un ángulo de noventa grados respecto al suelo que pisábamos se levantaba una enorme pared sin limites que señalaba la cara opuesta a la que dejamos atrás algunas jornadas antes, junto a ella permanecimos un rato sentamos apoyando nuestras espaldas en la misma.
Orné caminaba de un lado a otro, visiblemente preocupado pensando en que dirección elegir, un error supondría volver al arco inicial por donde salimos del túnel, pero eso no era lo peor, lo que mortificaba a era la idea de perder tiempo, dentro de sus cálculos entraba el hecho de unos cien días de marcha y la perdida de al menos quince más en bordear el perímetro de la bóveda sin avanzar le impedía pensar con su habitual cordura. Después de unas dos horas escogió el camino de la derecha. Orné durante su inspección en solitario había caminado con los ojos cerrados durante algunos tramos calculando una deriva hacia la izquierda inferior a los cinco grados, lo que suponía a lo sumo media jornada de marcha, eso sí, imaginando una salida simétrica a la otra pared. Orné calculo bien, pero un factor no calculado truncó su optimismo y la de los demás, después de andar casi media jornada encontraron la abertura. Estaba situada a más de treinta metros de altura respecto del suelo, fuera del alcance del ellos.


5


El grupo resignado siguió al cabecilla en silencio, más que desilusionado, que ya lo estaba más de dos meses desde la partida, estaba roto por el trasiego sin descanso, por la sinrazón de su misión sin sentido, todos querían volver, pero ninguno se atrevería jamás a levantarle la mirada al tiránico jefe, la muerte seria la única salvación para ellos, pues el nunca se rendiría.
Dos días mas tarde se aproximaron a una esquina
Que les permitió girar a la izquierda y horas mas tarde de nuevo a la izquierda. Al menos algo cambiaba en la rutina de andar. La cara de Orné había perdido el gesto, no atinaba a comprender lo que sucedía, parecía como si alguien se riese de ellos. Como si su Dios se riese de él. Parecía como si hubiesen superado un muro y desandarán lo andado antes de llegar a la pared opuesta. A esto había que añadir el hecho de que la pared no era perpendicular al suelo, tenia un ángulo superior a noventa grados, algo que antes al doblar la ultima esquina no habían apreciado y ahora tras varias jornadas de marcha si se dejaba notar, a medida de que las marchas fueron transcurriendo el plano de la pared se fue inclinando mas y mas, hasta poder escalarse con dificultad.


11


Orné fue el primero en probar la carne del cadáver de Emilio, abrió la boca y mastico en silencio sin mostrar ningún tipo de gesto. A continuación el hermano Claudio se puso un trozo en la boca y se lo tragó sin masticarlo. Andrés y Julián también lo hicieron igual. Después le siguieron los demás. Solo Francisco y Sebastián se quedaron sin comer, no pudieron soportar el comer del cuerpo de un hermano.

Las Torres del Mar 2ª (1990)


LUCAS


Hola, me presentaré, soy Lucas, tengo ocho años, o eso creo.
Tío Bernardo me echa eso, dice que yo ya he pasado ocho inviernos desde que nací, dos inviernos después del incendio del Castillo de Samos, según él, una tragedia, pues en el murieron muchas personas, mas de treinta, fue un incendio terrible que ardió durante dos días.


EL VIAJE I


Hace una semana que salimos al camino dirección este, camino del mar, tenemos suerte, porque no vamos andando como la mayoría de la gente con la que nos cruzamos, nos desplazamos en una carreta, al ritmo cansino de Aurelio, un penco de buen humor. Por lo menos, así nuestros pies descansan la mayor parte del tiempo y solo algunas veces tenemos que bajar para empujar la carreta, cuando esta se queda atrapa por el barro, que anega el camino desde que salimos de casa.
Casi todos los días llueve, no mucho, pero si lo suficiente como para hacernos el viaje mas difícil.


TÍO BERNARDO


Tío Bernardo es carretero, su trabajo le obliga a estar siempre en el camino, desplazándose por toda la región llevando cosas que siempre se necesitan en otro lugar, como el dice lo que esta aquí se necesita allí y lo que esta en ese otro lo quieren acullá. Es de tamaño mediano bastante fornido según Berta mi hermana mayor, un calavera, un mujeriego y un sinvergüenza que no cambiará nunca, según mi otra hermana Benita. Siempre canturreando canciones populares y con un cepo en todos los sitios donde va, no sabes como se las apaña para dormir siempre acompañado con una mujer diferente, yo siempre he dicho que de mayor quiero ser igual que el, aunque yo soy un poco mas callado y también un poco mas prudente.


MI PUEBLO


Nuestro paso lento nos alejaba cada vez mas de mi aldea natal, Libe, una treinta casas reunidas en torno a una plaza y en esta a un fresco caño del cual sale un agua como la nieve en invierno, siempre esta fría y allí se repone el agua que todos bebemos. Mi pueblo es acogedor, todos nos conocemos, y nos juntamos tras el verano para celebrar la recogida de la uva, hacemos una gran fiesta, donde todos disfrutamos comiendo y bebiendo sabrosos manjares y vituallas. Papa me dijo que solo estaría dos inviernos con Tío Juan.
Yo nunca he visto el mar y tío Bernardo me acompaña a su casa que esta en un pueblo costero, donde se come pescado a diario, y además tiene un puerto muy bonito, y lo mejor de todo, solo esta a cinco leguas de las Torres del Mar, tío Bernardo dice que como ellas no hay nada en todo el mundo, y el conoce mucho.


EL VIAJE II


Allí al fondo entre la bruma de la mañana mi impaciencia terminó, mi tío me dijo que me humedeciera los labios, pronto saborearas la sal que lo invade todo, yo así lo hice visiblemente emocionado. Una línea grisácea que se agrandaba a medida de que Aurelio nos acercaba poco a poco. Luego lo perdimos de vista pues una colina que al principio parecía pequeña se fue cruzando para impedir que siguiéramos viéndolo. Luego cruzamos un ramblizo y el camino volvió a encarar en dirección al agua, paramos a almorzar junto a una higuera verdal que apenas tenia ya algún higo, ya era tarde para esta y además estaba tan cerca del camino que estaba esquilmada incluso en plena temporada, al final de la misma estaba para pocos atracones.


EL MAR I


De nuevo salimos al camino, un buen rato después atravesamos unos brezos bastante tupidos y al girar de nuevo, nos encontramos con el mar a tiro de piedra, salté del carro y corrí hacia la orilla, al poco mis pies comenzaron a hundirse en la arena de la playa, tropecé un par de veces, di un par de traspiés, sin terminar de caer en la arena, me paré a un par de metros del la orilla justo en ese momento el sol se dejo entrever entre las nubes.
Que sensación mas maravillosa, la intensa brisa marina, la algarabía de los pájaros que revoloteaban dentro del agua pillando peces. En silencio pasé así un rato, perdí la noción del tiempo, como embrujado solo el grito de los pájaros me volvió a la realidad. Miré hacia atrás, tío Bernardo estaba sentado en una piedra junto al camino comiéndose un pero, al cual pelaba con esmero con su vieja navaja.


EL MAR II


Caminé hacia delante y pronto noté que el agua estaba fría, las olas llegaban a mis pies y pronto alcanzó mis rodillas, me paré, mis dedos se escurrían entre la arena y me costaba mantenerme derecho, bajé la mano hasta tocarla y juguetee con ella, me lleve la mano ala boca y la probé.
Luego camine un poco por la orilla y después me di un baño que me arranco toda la mierda que llevaba pegada en cima de todo el camino.
Esa tarde la pasamos allí mismo, pescamos lo que pudimos y lo comimos asado en la lumbre.


EL VIAJE III LLEGADA A AORÉ


A la mañana siguiente reemprendimos el viaje por la costa, en dirección norte, mi tío auguró otra semana de viaje antes de llegar a nuestro destino. El carro se desplazaba paralelo al mar, solo lo perdíamos de vista cuando la orografía del terreno nos lo impedía.
Al principio eran pocas las personas que nos cruzábamos, pasados dos días el trasiego se intensificó bastante pues la zona estaba mucho mas habitada.
Una tarde lloviznosa llegamos a nuestro destino, Aoré.
Por sus calles la gente se agolpaba en un frenesí difícilmente imaginable por mi antes de aquel momento, todo era nuevo para mi, los comercios, las gentes, los carruajes.
Tenia un gran barrio artesano donde se manufacturaban todo tipo de productos y mercaderías. Herramientas, aperos, utensilios, comida, dulces había de todo por las callejuelas de la ciudad
Bernardo me llevaba a la casa de los Cirene, unos tíos segundos míos por parte de mi padre, a los que nunca había visto antes de aquella tarde, no tardamos en llegar a dicha casa, grande y digna de sus adinerados inquilinos.


LOS CIRENE I


Juan de Cirene me acogió en su casa durante mi juventud, que sin yo saberlo se prolongaría durante siete años, muchos mas de los que me hubiese imaginado al emprender el viaje que concluía esa tarde, Juan de Cirene, como luego averigüe, era hermanastro de mi padre, de un matrimonio anterior al de la abuela Margarita.
Era el rico de la familia, bueno rico no, pero si adinerado, había prosperado en Aoré desde joven, y tras pasar por varios trabajos hasta que comenzó con el negocio de alpargatas y esparteñas, luego comenzó con unas vecinas remendando sacos, a su cargo llegaron a coser mas de veinte mujeres, para entonces ya vendía cacharros de cocina, de barro y de cobre y alfombras.
Fue entonces cuando casó con Tía Leonor hermana de un amigo de Tío Juan, poco tiempo después el hermano de Leonor, Don Diego, murió de un patatús sin que nadie pudiese hacer nada por el.
Los Cirene tenían un comercio en la plaza principal, allí vendían utensilios varios, objetos de esparto como serones, cachuleros, esparteñas, sillas de mimbre, cacharros de cocina, alfombras, y un largo etcétera de objetos casi todos de uso doméstico que el dueño había trabajado durante mas de treinta años.


LOS CIRENE II


Yo fui poco por el comercio, solo para llevar o traer algo.
Este negocio permitía a mis tíos Juan y Leonor de Cirene vivir sin ningún tipo de agobio, incluso con algún moderado despilfarro
A pesar de su reconocida racanearía, sobre todo de tía Leonor.
Allí madure durante mi juventud, fui empleado en el servicio doméstico de la casa y no en el negocio de la familia, yo era el chico para todo en el quehacer domestico. Acompañaba a la Señora Casilda a la compra, limpiaba con Juan todos los rincones de la casa, ayudaba en la cocina, con Pedro en la cuadra, la casa era grande y las faenas en ella nunca acababan.
Allí fui educado y aprendí a leer y escribir durante algunos años, siempre de una manera parcial y escasa, pues yo tenia muchas faenas que cumplir para como último recurso acudir a la clases del maestro Hugo, los niños que me acompañaban eran sobrinos y nietos de los dueños, o sea también primos míos en ignorado grado de parentesco, además de algunos vecinos y allegados de la familia.
Recuerdo que cuando inicie mi enseñanza mis compañeros de clase me acusaban de bárbaro, bruto y primitivo. Pues yo era un ignorante en casi todo y mi saber solo abarcaba lo mas primario.


LOS CIRENE III MI EDUCACIÓN


Cosa que me prometí que iba a cambiar, nunca destaque en los estudios pero si en mis habilidades personales, Llegando a ser uno de los mas hábiles y con un desparpajo mas abierto.


LA REUNIÓN I


La casa de los Cirene proporcionaba a sus propietario una imagen de estabilidad y prestigio social, normalmente servia solo a sus propósitos normales, también sucedía que cuando ocurría algo importante en la ciudad, y ante a ausencia de algún edificio publico los dirigentes vecinales se reunían en alguna casa de estos, y eso es lo que sucedió aquella noche en la casa de los Cirene, la reunión fue precedida de una cena en el salón de la casa, y tras la cena el servicio recogió la mesa y las mujeres se fueron al costurero próximo a la alcoba de la señora de la casa, los hombres al amor del fuego permanecieron hablando durante varias horas mas.
Como pude conseguí oír de lo que ahí se hablaba, escondido tras unos aparejos, yo tenía ya más de quince años. El dueño de la casa empezó la conversación que mas tarde concluiría de una forma mas acalorada, la reunión se dividía en dos facciones fundamentalmente, los a favor de la expedición de Orné y los que estaban en contra de la iniciativa de este.
Parecía increíble que tras más de cincuenta años, de los que Sánchez Onete, propuesto para alcalde, apenas tenia el recuerdo de lo que de pequeño le contaron.
La gente seguía elucubrando de lo que les aconteció en la expedición a estos pobres desgraciados.
Todo estaba normalmente tranquilo, hasta que hace tres días alguien calló desde la altura y lo más misterioso de todo, no de la torre sur, sino desde la norte y más alejada de la costa y distinta de la que entraron.


LA REUNIÓN II


El silencio se hizo en el comedor cuando Antonio Gáñale nombro al hermano Josías como el individuo encontrado flotando junto a la base de la torre norte, muerto tras la caída y prácticamente destrozado por el golpe pero perfectamente reconocible, fue encontrado por unos pescadores que oyeron el impacto contra el agua cuando pescaban allí cerca, un poco mas cerca y hubiese partido la barca en la que faenaban.
Mis escasos conocimientos se tornaron en mucho mas amplios tras aquella noche, El Padre Orné, cofundador de la secta cristiana Anita, muy extremista y radical, Desde la muerte del hermano Carisa. Orné se autoproclamo sucesor de este, y lideró la orden que llego a tener en algún momento un numero de seguidores que sobrepasaban la centena. Estas debía su nombre a Aguste Annette un monje francés nacido en el Languedoc o Medio Día francés traslado a sus hermanos de fe desde esta región francesa al norte catalán a escasa millas de la ubicación de las llamadas Torres del Mar, hay muchos que lo acusan de corrupción espiritual y de haber vendido su alma al diablo y que su fe se había transformado en una oscura magia con un solo objetivo, conseguir el conocimiento pleno del mayor misterio del mundo: Las Torres del Mar. Creía ciegamente en llegar a Dios a través de las torres y no sabia cual iba a ser el pago por dicha ceguera.


LA REUNIÓN III


Del inmenso misterio que envuelve a estas desde el origen de nuestra civilización, las leyendas se sucedían de una forma cíclica y cada vez más fantásticas y pintorescas que rayaban en el absurdo.
Orné tenía un lugarteniente que con el tiempo se convertiría en su mayor enemigo, el Padre Sare, pero esto sucedería ya iniciado el viaje al interior de la torre y los reunidos allí ignorarían este datos durante mucho tiempo.
Sare, también de origen francés, nacido en Nantes, era uno de los mas jóvenes expedicionarios. Y pronto por su ambición consiguió el favor de Orné, y fue nombrado por este como su sucesor.


LA TORMENTA


Tres días después de la reunión el tiempo empeoró mucho. Esa tarde comenzó a llover en toda la región, durante todo el día siguiente estuvo lloviendo abundantemente, la noche del veintiséis llovió tanto que nadie del lugar recordaba algo así. Aoré era un pueblo junto al mar, numerosas ramblas se desbordaron y ocasionaron riadas que arrastraron al mar muchas casas y hubo numerosas muerte ocasionadas por el agua que las arrastró sin piedad a mas de cincuenta personas ahogándolas, algunas aparecieron días después a varias millas de la costa, otras no aparecieron nunca, Este no fue el caso de


EL INICIO


Las leyendas, lo verdadero y lo mitológico se funden en la oscuridad del pasado.
Durante siglos se ha tratado de dar una explicación a la naturaleza de las Torres del Mar, esos dos monolitos de un tamaño descomunalmente grande nunca han permitido que nadie se acerque o si así lo intentan se precipite al fracaso, sin explicaciones y sin miramientos, lo único que parece verdad, es que poseen conciencia propia.
Hubo una pequeña aproximación, el siglo pasado cuando un vecino de Aoré muy ágil consiguió escalar los doscientos metros de altura que separaban la superficie del mar de una pequeña abertura que permitía introducirse en el interior. Carlo que así se llamaba aquel hombre, caminó por el interior durante dos días, hasta que se le acabo la comida que llevaba y tubo que volver al inicio de su viaje, de vuelta resbaló y murió al golpearse contra el las embarcaciones que esperaban abajo su regreso, solo pudo decir cuando fue rescatado, que había caminado en la oscuridad durante dos días y decidió volver cuando se le acabo la luz, unas velas y la comida.


LA LLEGADA


Solo la aventura de Orné y sus seguidores parecen haberse enfrentado al misterio, todos los que los vieron partir creen que deben haber muerto persiguiendo su locura. Esto ocurrió hace más de sesenta años.
Los primeros miembros de la orden Anita llegaron a la ciudad de Aoré hace unos setenta años, renovaron una vieja edificación costera próxima a las torres y la trasformaron en un convento desde donde se planeo el asalto a la torre sur durante unos diez años. Indagaron en los precedentes y en la iniciativa de Carlo
Estudiaron a fondo la morfología y transcribieron todo lo escrito antes acerca del misterio


LA CARNICERÍA


Cuando Orné llegó tres años después, todos se atemorizaron,
Orné mas fanático que el padre Carisa planteo un orden y una sistemática de trabajo mucho mas radical, los hermanos se convirtieron en deportistas andando, corriendo, escalando, ayunando.
También se planteó que la altura de los hermanos impediría el normal progreso de la marcha pues la entrada solo era de un metro veinte, según lo relatado por Carlo el aventurero.
Todos los hermanos que superasen el metro y medio deberían abandonar la idea del la expedición.
Tras una oscura intriga con Cirene, Orné consiguió vencer, primero torció su voluntad y el plan de Orné se llevo a cabo. Varias semanas después Carisa murió victima de un barrunto.
Algunos insinuaron que lo habían asesinado, pero pronto loas voces callaron
Un tercio de los hermanos superaba el metro cincuenta. Así que no se resignaron y la fe los motivo a la tragedia poniéndose en manos de un asesino sin escrúpulos, la tragedia empezó con la aparición de el hermano Date, Florence Date, un carnicero que operó a dos hermanos con dos técnicas diferentes, primero las piernas, estos no superaron las operaciones, quedando cojos y no aptos para la aventura, meses mas tarde Florence lo intento de nuevo, pero esta vez lo intento con una operación diferente, quitó tres vértebras al hermano Amadeo, tras muchas meses de rehabilitación Amadeo quedó tullido, pero vivo, Estos fueron los tres primeros mártires de la causa, Amadeo murió dos años mas tarde, a solo dos del inicio de la aventura.


LA ENTRADA


Seis meses antes de la expedición cinco monjes escalaron hasta la entrada de la torre sur, a su regreso dejaron preparada la subida del grupo. Orné impaciente subió con ellos y preparo minuciosamente el plan de ataque, no llevarían nada mas que alimentos, agua y velas.
Anduvieron durante una semana y volvieron mas delgados austeros, como si esa experiencia plantease un mal presagio,
A doscientos metros de altura, a la vuelta contemplaron la costa catalana, soplaba un levante fuerte que azotaba la boca del túnel. El regreso fue menos duro pues las cuerdas llegaban casi a la superficie del mar y el chapuzón de llegada fue recibido con alborozo por los civiles y con bastante recato por los demás hermanos desplazados hasta allí.


EL CAMINO DE DIOS


La mañana del 17 de mayo, Tras una lenta ascensión cuarenta hermanos de la orden Anita, penetraron en la torre sur repletos de ilusión y con un futuro incierto. Las autoridades mas importantes de Aoré, varios hermanos y algunos pescadores y curiosos despidieron a los intrépidos expedicionarios, tras unos minutos se perdieron allá en la altura. Orné dirigía el grupo que cargado de víveres fue penetrando en la oscuridad del túnel.
Caminaron durante jornada de veinte horas durante semanas, el motivo de su viaje era encontrar a dios allá en la altura


LA RAMPA


El túnel se estrecho a un diámetro poco superior a un metro, lo que nos obligó a caminar doblados. Otras quince jornadas así, la peor tortura. Fue entonces cuando llegamos a la rampa.
Este fue el autentico punto de inflexión del viaje, el poder o no poder regresar nunca más. La opinión de Orné fue in cuestionada, todos sufrimos la mas brutal patada, en nuestro orgullo. Todo el viaje hasta allí fue un suave ascenso, ahora la caída era casi en picado unos cincuenta metros con una inclinación superior al 300 por ciento. La decisión fue tomada y uno a uno fuimos resbalando por la rampa en dirección a la oscuridad. El hermano Demetrio fue el primero, la luz que llevaba sujeta a la frente fue desapareciendo en la oscuridad. Al rato avanzó unos pasos y pudimos ver un pequeño punto luminoso y gritando nos indicó que estaba a salvo, todos nos miramos en silencio, un gesto de Orné indico al resto que la decisión de seguir adelante ya estaba tomada, jamás podríamos volver por este camino, el obstáculo seria insuperable en dirección contraria. En menos de media hora ya estábamos rodos abajo, algunos con magulladuras, pero todos enteros, tras una sala de unos veinte metros cúbicos encontramos un umbral muy bien labrado y un pasillo de unos dos metros de altura, con las paredes perfectamente lisas y a plomo que comenzó a serpentear caprichosamente como los meandros de un río.


LA SALA LUMINOSA


Andamos durante mucho tiempo, siete jornadas más, la comitiva llegó a un espacio muy amplio y desolado. Extrañamente iluminado desde todos sitios excepto desde el suelo en el que se aprecia una ligera sombra, podíamos ver un volumen de unas dimensiones enormes, de muchas millas, era inimaginablemente grande y con forma cúbica, sin ningún tipo de resalte, columna... ni señal alguna de bóveda o algo semejante. El padre Orné que desde hacia días caminaba en cabeza sin mirar atrás, miró al padre Sare, enseñándole una reseca y siniestra sonrisa que hizo sobresalir aun más sus pómulos. A Sare le pareció un cadáver escondido tras una abundante barba y sus ojos hundidos brillaban extrañamente.
Unas dimensiones como estas eran imposibles dentro de la Torre.
Este fue uno de los mayores misterios que nos encontramos en nuestro camino.


LA MARCHA POR LA SALA I


Orné radiaba de emoción al contemplar esa superficie de limites invisibles, ambos siguieron andando, abandonando la gran abertura ojival en la que había desembocado el pasillo por el que andábamos que señalaba el final del largo pasillo y adentrándose unos metros en la nada. Los demás permanecieron junto al umbral observando con estupor a sus guías, murmurando a espaldas de los dos dirigentes y con rostros de angustia ante la desolación de aquel lugar. Orné ordenó seguir adelante con un enérgico gesto y todos le siguieron servilmente, se santiguaron y comenzaron a andar adentrándose en la nada. Los más rezagados volvieron la mirada atrás como despidiéndose de la seguridad de aquella cada vez más pequeña referencia.
Orné miraba al frente sin importarle para nada aquella tremenda locura que para todos estaba cometiendo. Con la distancia aquel punto se perdió, Caminaron a buen ritmo durante mucho tiempo, sin oscuridad sin sol sin luna sin estrellas, solo una claridad fantasmal que apenas produce sombras, que viene de todos lados.
Tras varias jornadas de marcha el miedo de unos pocos al principio se convirtió en pánico generalizado de todos, incluido Sare. Solo la locura de Orné impedía que este se diese cuenta de lo que realmente estaba sucediendo. Pero nadie dijo nada.


LA MARCHA POR LA SALA II


La primera jornada duró sesenta horas, y la segunda otras tantas,
Orné dejaba dormir a su gente claramente en contra de su voluntad, él no dormía se quedaba mirando fijamente el suelo y así permanencia durante las horas de sueño del resto, Un máximo de cinco era lo que permitía a los demás. Impaciente despertaba bruscamente a Sare y este se encargaba de levantarlos y meterles prisa para poder seguir adelante sin tardanza en su viaje sin sentido.
Nadie murmuraba ya a sus espaldas, todos pensaban que estaba loco pero ninguno osaba levantar su cabeza.


LA PARED OPUESTA


Tras cinco jornadas andando llegamos a una pared, ante nosotros y en un ángulo de noventa grados respecto al suelo que pisábamos se levantaba una enorme pared sin limites que señalaba la cara opuesta a la que dejamos atrás, algunas jornadas antes, junto a ella permanecimos un rato sentamos apoyando nuestras espaldas en la misma.
Orné caminaba de un lado a otro, visiblemente preocupado pensando en que dirección elegir, un error supondría volver al arco inicial por donde salimos del túnel, pero eso no era lo peor, lo que le mortificaba era la idea de perder tiempo, dentro de sus cálculos entraba el hecho de unos cien días de marcha y la perdida de al menos quince más en bordear el perímetro de la bóveda sin avanzar le impedía pensar con su habitual cordura. Después de unas dos horas escogió el camino de la derecha. Orné durante su inspección en solitario había caminado con los ojos cerrados durante algunos tramos calculando una deriva hacia la izquierda inferior a los cinco grados, lo que suponía a lo sumo media jornada de marcha, eso sí, imaginando una salida simétrica a la otra pared. Orné calculó bien, pero un factor no calculado truncó su optimismo y la de los demás, después de andar casi media jornada encontraron la abertura. La puerta de salida de aquella estancia. Estaba situada a más de treinta metros de altura respecto del suelo, fuera del alcance del ellos.


LAS ESQUINAS


El grupo resignado siguió al cabecilla en silencio, más que desilusionado, estaba roto por el trasiego sin descanso, por la sinrazón de su misión sin sentido, todos querían volver, pero ninguno se atrevería jamás a levantarle la mirada al tiránico jefe, la muerte seria la única salvación para ellos, pues el nunca se rendiría.
Dos días más tarde se aproximaron a una esquina
Que les permitió girar a la izquierda y horas mas tarde de nuevo a la izquierda. Al menos algo cambiaba en la rutina de andar. La cara de Orné había perdido el gesto, no atinaba a comprender lo que sucedía, parecía como si alguien se riese de ellos. Como si su Dios se riese de él. Parecía como si hubiesen superado un muro y desandaran lo andado antes de llegar a la pared opuesta. A esto había que añadir el hecho de que la pared no era perpendicular al suelo, tenia un ángulo superior a noventa grados, algo que antes al doblar la ultima esquina no habían apreciado y ahora tras varias jornadas de marcha si se dejaba notar, a medida de que las marchas fueron transcurriendo el plano de la pared se fue inclinando mas y mas, hasta poder escalarse con dificultad.


LAS PAREDES INCLINADAS


Así siguió nuestro camino durante jornadas y jornadas andamos lo que no era ya lógico, pero ¿que era lógico en esta locura?, apenas nos quedaban víveres para un mes más de camino y zigzagueábamos de un lado hacia otro, todos en fila, una hora tras otra. Las paredes se inclinaban unas veces hacia dentro y otras veces hacia fuera marcando ángulos de menos de noventa grados y otras veces de mas de noventa. Era como si alguien caprichosamente jugando a algún maldito juego hubiese estado preparando nuestro camino con la única intención de volvernos locos de remate a todos, doblábamos a izquierda, luego a derecha, después a izquierda y luego otra vez a izquierda. el techo lo mismo estaba a un metro del suelo y nos obligaba casi a arrastrarnos ,que lo mismo empezaba a ascender hasta desaparecer de nuestra vista. ¿Que ardid era este?.


LA ESCALERA


Así anduvimos durante diez jornadas mas, tras un recodo el espacio se volvió a abrir y de nuevo las paredes u techo volvieron a desaparecer de nuestra vista, era curioso ver a la comitiva en fila, como una línea cortita en medio de ningún sitio, o cuando descansábamos tras una larga jornada de duro andar nuestros cuerpos bastante juntos, también en medio de la nada.

Andamos y andamos otros siete jornadas mas y sobre el horizonte comenzamos a divisar una línea oblicua, parecía ser una rampa que desembocaba en una puerta.
Allá arriba, muy alta, estaba situada una puerta ojival, nos aproximamos al inicio de la rampa y no fue esto lo que encontramos, fue una escalera con escalones perfectamente esculpidos pegados a una pared que terminaba allá en la altura.
Con miradas estupefactas iniciamos la ascensión por las mismas.
La escalera subía y subía pegada al a pared y con un lado abierto al vacío, que al poco dada espanto sin ni siquiera mirar al mismo
Tuvimos que dormir en los escalones y encogidos por que la anchura de estos no nos lo permitía.
Tres jornadas en total, al final de la tercera cruzamos una puerta de bastante altura como tres veces el mas alto de nosotros de alto y entramos en un pasillo que nos pareció sin fin.


LA ENFERMEDAD DE EMILIO


Emilio, el hermano Demetrio no paraba de toser, el había aspirado mas que ninguno de nosotros de aquel humo durante tres jornadas se estuvo casi arrastrando tras el grupo principal, la tercera noche no nos permitió descansar y entre estertores murió.
Todos le oramos en silencio, poco más tarde celebramos un oficio y encomendamos su alma al altísimo.
Llevábamos casi una semana sin probar bocado


EL PRIMER ALIMENTO


Orné fue el primero en probar la carne del cadáver de Demetrio abrió la boca y mastico en silencio sin mostrar ningún tipo de gesto. A continuación el hermano Claudio se puso un trozo en la boca y se lo tragó sin masticarlo. Andrés y Julián también lo hicieron igual. Después le siguieron los demás. Solo Francisco y Sebastián se quedaron sin comer, no pudieron soportar el comer del cuerpo del hermano Demetrio.


LA PUERTA DEL FINAL


Hace ya dos años que murió el primero de los nuestros Demetrio.
Antes del inicio de la jornada rezamos un responso por nuestro hermano fallecido.
El día comenzó como otro cualquiera, a eso de media jornada empezamos a notar un aire frío, que soplaba en contra de nuestro paso cansino. Nuestra sorpresa fue grande al girar una de las múltiples curvas de nuestro recorrido, de pronto pudimos ver puntitos de luz, nos acercamos a lo que resulto ser el umbral de salida. El punto final de nuestro recorrido, el camino había terminado.


LA SALIDA


Salimos a la intemperie después de más de dos años de camino tortuoso y terriblemente oscuro. Todos nos desplegamos en la gran llanura que se desplegaba delante nuestro. Todos hincaron las rodillas en el suelo rezando a Dios por su eterna generosidad de mantenernos vivos al final de nuestro viaje.


EL BORDE DEL ABISMO


Tras andar durante casi una semana llegamos por fin al borde, a nuestros pies se habría un precipicio sin fin. Un vértigo irracional nos invadió impidiéndonos acercarnos a menos de diez pasos de la caída. Al fondo se observaba el horizonte del mar que comenzaba a brillar al nacer el sol, según el cielo un amanecer en noviembre. Pronto caería un sol de justicia sobre nuestras cabezas.

Antes de iniciar la vuelta


LA COSTA CATALANA


El hermano Josías hizo un descubrimiento que nos hizo estremecer, tras un mes de brumas espesas que apenas nos dejaron vislumbrar la torre sur el frío de la mañana nos presentó una diáfana mañana, donde las gélidas estrellas refulgían como soles. Apareció ante nosotros la costa del golfo de Rosas desde la altura vimos una fina línea que delimitaba la tierra del mar, las montañas del litoral catalán aparecían nítidas. El sol comenzaba a brillar por el este cuando ya levantado nuestro campamento nocturno iniciamos la vuelta a la entrada de la torre.


CONJETURAS


Todo es irracional aquí, la altura a la que estamos, la ausencia de fuerte viento, la presencia de oxigeno y la ausencia de mareos provocados por la altura, la superficie se la llanura en la que termina la torre norte, las dimensiones enormes de lo que antes de iniciar el viaje solo tenia una milla de diámetro, solo Dios sabe los cientos de millas que hemos caminado por las entrañas de la torre, y las dimensiones de las múltiples salas que transitamos en nuestro camino, el haber aparecido aquí arriba en una torre distinta de la que iniciamos el viaje, es como si los túneles nos hubiesen conducido a través del espacio vacío o por debajo del mar de una torre a otra,

1ª Versión 1990